Hace tiempo conocí la macrobiótica, una forma de alimentación basada en el equilibrio de fuerzas (yin y yang); basicamente, la premisa macrobiótica es: "la mala alimentación permite el desarrollo de enfermedades físicas, mentales y por ende espirituales". El conocimiento de las fuerzas polares yin y yang en el alimento es logrado a medida que nuestro discernimiento crece; y este es alcanzado mediante el estudio permanente, la observación, la disciplina y practicas que fomenten estas virtudes. Es bastante complejo todo y como implica un gran esfuerzo en cambiar los hasta ahora ignorados malos hábitos alimenticios se me hizo, en ese entonces, muy dificil practicar esta forma de alimentación.
Pasó el tiempo y llegó el descubrimiento del
Yoga como estilo y conducta de vida, como base filosófica y acicate para el anclaje de una vida principalmente espiritual y fundamentada en las bases de la armonía, la pureza y el contentamiento. El
Kriya Yoga fue entonces la herramienta que más coincidía con la búsqueda que había estado realizando durante mucho tiempo.
Así que dentro del Yoga, descubrí nuevamente, a través de la ciencia "prima" del Yoga, el Ayurveda, que en la vida diaria había ciertas observancias que no podían ser omitidas. Entre ellas, uno de los pilares en los cuales se erige la pureza de cuerpo-mente-espíritu, era la Alimentación Sattvica o Pura.
Allí otra vez se encontraba el mensaje de que una comida natural, propia de la región, sin agregados químicos, sin estimulantes y acorde con los requerimientos originales de nuestros dientes y formas y funciones digestivas era la más apropiada para nuestro desarrollo y la que nos lleva directamente y sin problemas hacia la tranquilidad y la salud, erradicando la enfermedad y alejando los pensamientos de violencia, lujuria, pereza y demás excesos antinaturales.
Esto era todo muy bonito, pero ¿por dónde empezar?; por experiencia principal, llegue a la conclusión de que
a mayor conocimiento, mayor responsabilidad; esto debido a que mi antigua inconciencia alimentaria, instintivamente buscaba el equilibrio: junto con excesos de dulces, o harinas blancas o pastas o alcoholes; la carne los huevos y el pescado eran el deseo que ayudaba relativamente a equilibrar mi dieta. Ahora, cuando comencé a tomar conciencia de que los productos tratados quimicamente o con violencia (carne, huevos, alcohol, etc) eran negativos para el desarrollo de la virtud y comencé a dejarlos, me vi sumido en un desequilibrio enorme, provocado a causa de mi desconocimiento del equilibrio verdadero. Claro que de esto me di cuenta cuando mi condicion física se vio afectada seriamente en la zona lumbar. Uno de los discos lumbares de mi columna se había corrido un milímetro y me provocaba un fuerte dolor, que por mantener una postura por tiempo prolongado se intensificaba gradualmente.
Llegó el momento en que la situación era insostenible y junto a eso los pensamientos de violencia e intolerancia eran habituales, aunque resguardados en mi mente y manifestados en la intimidad. Simultáneamente esto me instaba a buscar una solución, a realizar una purificación y fue así que busqué una alternativa médica que sea capaz de ayudarme de manera natural. Me recomendaron una persona que hacía acupuntura y otra que sabía un poco de todo; me incliné por la segunda y cuando hablamos por teléfono enseguida sentí que había algo de esta persona que necesitaba saber.
Cuando nos vimos, lo primero que me dijo fue:
"Primero que nada quiero que sepas por qué te pasa lo que te pasa y segundo, quiero que aprendas para que vos puedas aplicar la solución, ya que fuiste el causante de tu malestar"
Me explicó luego que mi dolor en la columna y el disco corrido eran solo una concecuencia; un síntoma de años y años de alimentación equivocada y excesos alimenticios. Agregó también que
mi mente iba a lograr mayor tranquilidad, flexibiidad, dinamismo, concentración y lucidez si lograba la continuidad en la correcta alimentación. Entonces, bastaba con empezar: durante el primer mes debía practicar una dieta basada en cereales, legumbres, verduras cocidas, sal marina y demas productos naturales y evitar el azúcar, la miel, la leche, ciertas carnes, harinas blancas y todo aquellos productos que son tratados quimicamente, entre otras cosas.
Antes que nada quiero aclarar que este médico no se enferma hace 20 años y lo más gracioso es que resultó ser macrobiótico. Así se completó el giro de mi primer descubrimiento de este arte alimenticio con este segundo descubrimiento basado en la experiencia.
Ya pasaron las primeras dos semanas desde el comienzo de mi dieta y puedo afirmar con seguridad que la fatiga que arrastraba desde hace mucho tiempo cesó y la sensación de liviandad que tengo es fantástica, también se me fue la mucocidad que todas las mañanas me obstruía la respiración.
El problema estaba en que tenía inflamado el hígado, los intestinos y los riñones y eso estaba permanentemente consumiendome energía y creando un exceso que se acumulaba en las zonas más cercanas al exterior (por ejemplo lo mucocidad en los senos paranasales).
Falta todavía la mitad, pero en este proceso de desintoxicación que estoy llevando a cabo, los dolores de cabeza, las ganas de hacer pis y el humor inestable son concecuencias de la abstinencia alimenticia y la desintoxicación en sí. Pero puedo decir que los pensamientos de violencia que naturalmente se sucedían en mi mente (más allá de que no me identificara con ellos) han disminuido sino cesado.
Hace tiempo que sé que:
la alimentación es el factor que puede mantenerte alerta, activo, en paz y salud y proporcionarte la base para el desarrollo de la conciencia.
Pero no tenía la suficiente motivación como para realizar un salto tan grande entre la tradición aprendida y lo desconocido. Seguramente que esta enfermedad ha sido el más grande regalo que podía haber tenido pues es un gran paso en este camino de purificación y búsqueda del Amor que yace en lo profundo del corazón.
Conocí testimonios de personas que han cambiado mucho a partir de una alimentación equilibrada. Tal es el caso de Daniela, mi compañera, la que me mostró esta rama fantastica de la medicina natural y del arte de vivir. Ella por experiencia, entre otras cosas, luego de someterse a una gran purificación,
ha suprimido los dolores menstruales, que son antinaturales en el ser humano, por más que se crea lo contrario, y se ha regularizado tal como el ciclo lunar.
Por eso llego a la conclusión de que uno de los cambios básicos que debemos realizar, si queremos avanzar en el desarrollo de nuestra conciencia, es el de la alimentación. Debemos tomar como alimento principal los cereales orgánicos, talez como el arroz, el trigo, mijo, la cebada, etc; las legumbres como alimento secundario y las verduras y frutos como alimentos complementarios en nuestra dieta habitual.
Más adelante subiré al blog, una pirámide alimenticia macrobiótica, para que se den una idea más cabal de la alimentación natural y su inclusión en el ritmo de la vida.
Si logramos esto veremos como nuestra condición se fortalecerá y nos servirá de cimiento para la construcción de un templo divino en la tierra.